La prueba más importante a la que se sometió la dinastía Choson fue la invasión, en 1592, de los ejércitos de samurais japoneses que se suponía pretendían conquistar China. Aunque los siete años de lucha dejaron devastada gran parte de la península de Corea, los japoneses terminaron por retirarse, pues su flota no logró mantener abierta para el abastecimiento y los refuerzos la línea marítima con Japón. El gran almirante coreano Yi Sun-Shin venció a los japoneses en una batalla marítima. Un elemento clave para las victorias navales de Corea fue la presencia de los primeros navíos acorazados con cañones. Los japoneses no pudieron hacer nada frente a estas armas, lentas pero devastadoras.