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FREILA: En cambio, los habitantes de las ciudades no prestamos...

En cambio, los habitantes de las ciudades no prestamos atención a este tipo de cosas y arrasamos con los "recursos naturales" sin tomar en cuenta las verdaderas consecuencias de esta acción.
Por eso, los gnomos se mezclan entre las personas y buscan la forma de que tomemos conciencia de que la naturaleza está viva y necesita respeto y protección.
Estas criaturitas, que no siempre son verdes, suelen acercarse más que nada a los chicos en sus juegos, mientras los adultos tratan de desmentirlo.
Sin embargo, cuando perciben buenas intenciones, y con un poco de entrenamiento, también los pueden ver los adultos.
Hay quienes los describen claramente como pequeños hombrecitos de 15 a 120 centímetros de altura de acuerdo a cómo se condense la energía y cómo se quieran hacer visibles.
Otros, sólo observaron ráfagas de luz, ruidos y cosas que cambian de lugar. A pesar de que provienen de la naturaleza, ellos se acercan a las ciudades porque quieren acompañar a las personas.
Los duendes viven hasta 350 años y es más probable que los vean las personas puras de corazón.
Los gnomos son los integrantes más viejos de la tribu. A ellos recurren los más jóvenes e inexpertos, que son los duendes.
Como les gusta acompañar y ayudar a las personas, los duendes víven en las ciudades. Son los más chistosos, hacen travesuras, esconden las cosas, prenden y apagan el televisor y hacen ruidos durante la noche.
Antes de la guerra, los gnomos también convivían con la gente, pero cuando empezamos a dañar la naturaleza con los avances tecnológicos y el desarrollo, se alejaron.
Desde las cuevas de la región celta La historia cuenta que antiguamente, antes de Cristo, la tribu Tuatha de Danann habitaba la región celta -península ibérica, sur de Alemania, países de ¡Rin, islas de Gran Bretaña y Este y Centro de Franciay adoraba a Anu, la diosa de la fertilidad, que es como la Madre Tierra. Una vez, los Tuatha de Danann llegaron por mar hasta Irlanda y al desembarcar quemaron sus barcos para no dejar señales y quedarse allí. Por ese gesto, fueron llamados los dioses de ¡fuego.