El misterio de este animal se remonta a la mitología pagana de la antigüedad. Irónicamente, esta criatura pagana fue muy bien aceptada en la Europa medieval, período en el cual el Unicornio fue directamente ligado al cristianismo, pasando a ser un símbolo religioso. Inclusive, antiguas traducciones de escrituras hebreas, mencionan al animal como figura bíblica y eclesiástica, que representaba castidad y puridad. Y pese a que podía pelear salvajemente cuando acorralado, se calmaba rápidamente al estar cerca de una joven virgen.
De esta manera, no es sorprendente que la gente del medioevo creyera ciegamente en la existencia de este animal de la misma manera en que creían en las parábolas de la Biblia. Algunos incluso se preguntaban donde había estado el Unicornio en el momento del "diluvio", ya que en ninguna parte de la Biblia se mencionaba a la criatura entre los animales que Noe recato en su Arca.
El arte alegórico de la época muestra al Unicornio como representación de Cristo. E incluso en uno de los famosos tapices de Unicornio (ahora exhibidos en el Museo Metropolitano del Arte de Nueva York), se puede apreciar a la criatura purificando con su cuerno aguas envenenadas, simbolizando a Cristo limpiando los pecados de la humanidad. También existen muchas esculturas de madera y pinturas medievales, las que muestran la caza del Unicornio, representando así la pasión de Cristo.
De esta manera, no es sorprendente que la gente del medioevo creyera ciegamente en la existencia de este animal de la misma manera en que creían en las parábolas de la Biblia. Algunos incluso se preguntaban donde había estado el Unicornio en el momento del "diluvio", ya que en ninguna parte de la Biblia se mencionaba a la criatura entre los animales que Noe recato en su Arca.
El arte alegórico de la época muestra al Unicornio como representación de Cristo. E incluso en uno de los famosos tapices de Unicornio (ahora exhibidos en el Museo Metropolitano del Arte de Nueva York), se puede apreciar a la criatura purificando con su cuerno aguas envenenadas, simbolizando a Cristo limpiando los pecados de la humanidad. También existen muchas esculturas de madera y pinturas medievales, las que muestran la caza del Unicornio, representando así la pasión de Cristo.