Hija y madre, aprendiendo y compartiendo.
-Mamá, ¿Cómo me dijiste que se prepara la paella?
-Valgame Dios, hija! ¿Cuantas veces te lo tengo que explicar?
-Pués... ¡yo que sé mamá! Sólo sé que no me sale como la que haces tú, pero no sé por qué.
-Claro... hija, si es que tienes la cabeza enredada en esos chismes de ordenadores y demás zarandajas (que yo no entiendo)
- ¡Pero mamá!... Son muy necesarios en mi trabajo.
-Sí hija, si. Muy necesarios. Pero la comida... también lo es ¿o no?
-Pero, mamá!... No puedes entender que me he devanado la sesera estudiando para sacarme la carrera.
-Que sí... hija, que lo entiendo. Pero que también entiendo que pasas bastante del 'rollo' de la casa y sobre todo de la cocina (como dicen ahora)
-Mamá, es que yo soy licenciada en comunicaciones! No soy un ama de casa!
- ¡Oiga! Señorita sabe lo todo. Ya sé que eres todo eso (que mis sacrificios me costó) y me alegro que así sea.
Pero no creas que tienes ningún derecho a hablar así.
- ¡Jolín! Mamá, no quise ofenderte. Sólo es que me agobian las tareas de casa: sobre toda la comida, claro!
Para lo demás tengo una señora que viene dos horas y me lo hace todo muy bien.
-Hija, seguro que ella no se cansa, ¿verdad?
- ¿Qué quieres decir con eso? mamá.
-Nada, hija, nada... que es bastante difícil entender ciertas cosas.
-Bueno, mamá. Te vendrás conmigo y me ayudas a preparar la pella.
-Pues no, cariño, hoy no puedo. He quedado con las amigas del teatro ¡Lo siento!
-No me harás eso, mamá que tengo invitados a mis amigos y pretendía que me ayudaras.. claro!
-Lo siento en el alma, pero ya dí mi palabra.
- ¿Y que hago ahora? ¡Madre mía!
-Hija, no te agobies. Tengo entendido que en ese aparatero (me refiero al ordenador) se aprenden muchas cosas... Tú que sabes... busca a ver si encuentras las recetas de cocina, y ya está!
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-Mamá, ¿Cómo me dijiste que se prepara la paella?
-Valgame Dios, hija! ¿Cuantas veces te lo tengo que explicar?
-Pués... ¡yo que sé mamá! Sólo sé que no me sale como la que haces tú, pero no sé por qué.
-Claro... hija, si es que tienes la cabeza enredada en esos chismes de ordenadores y demás zarandajas (que yo no entiendo)
- ¡Pero mamá!... Son muy necesarios en mi trabajo.
-Sí hija, si. Muy necesarios. Pero la comida... también lo es ¿o no?
-Pero, mamá!... No puedes entender que me he devanado la sesera estudiando para sacarme la carrera.
-Que sí... hija, que lo entiendo. Pero que también entiendo que pasas bastante del 'rollo' de la casa y sobre todo de la cocina (como dicen ahora)
-Mamá, es que yo soy licenciada en comunicaciones! No soy un ama de casa!
- ¡Oiga! Señorita sabe lo todo. Ya sé que eres todo eso (que mis sacrificios me costó) y me alegro que así sea.
Pero no creas que tienes ningún derecho a hablar así.
- ¡Jolín! Mamá, no quise ofenderte. Sólo es que me agobian las tareas de casa: sobre toda la comida, claro!
Para lo demás tengo una señora que viene dos horas y me lo hace todo muy bien.
-Hija, seguro que ella no se cansa, ¿verdad?
- ¿Qué quieres decir con eso? mamá.
-Nada, hija, nada... que es bastante difícil entender ciertas cosas.
-Bueno, mamá. Te vendrás conmigo y me ayudas a preparar la pella.
-Pues no, cariño, hoy no puedo. He quedado con las amigas del teatro ¡Lo siento!
-No me harás eso, mamá que tengo invitados a mis amigos y pretendía que me ayudaras.. claro!
-Lo siento en el alma, pero ya dí mi palabra.
- ¿Y que hago ahora? ¡Madre mía!
-Hija, no te agobies. Tengo entendido que en ese aparatero (me refiero al ordenador) se aprenden muchas cosas... Tú que sabes... busca a ver si encuentras las recetas de cocina, y ya está!
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