Cada división celular acorta los extremos de los cromosomas, llamados telómeros, de forma que las células sólo pueden dividirse un número limitado de veces. Sin embargo, las células tumorales poseen mutaciones en ciertos genes que les permiten duplicarse indefinidamente. Por ejemplo, una de las líneas celulares más utilizadas en los laboratorios procede de un cáncer de útero que mato a Henrietta Lacks en 1951.