UNA NOCHE DE INVESTIGACIÓN EN BUSCA DE REGISTRAR ECOS DEL PASADO
Después de recuperar fuerzas y cenar nos preparamos para lo que iba a ser una larga jornada de investigación, nuestra intención era intentar registrar en nuestros aparatos alguna imagen o sonido del pasado. El primer lugar donde fuimos a realizar grabaciones de tipo psicofónica y otras pruebas de registro de imagen con videocámara y cámara fotográfica fue al castillo San Sebastiao, donde ese antiguo prisionero, siempre según la leyenda, se aparece para jugar con los niños. Pasamos allí algo más de una hora y las esperanzas de obtener resultados positivos parecían comenzar a mermarse ya que no registramos nada anómalo en nuestros aparatos, ni presenciamos nada aparentemente extraño, así que decidimos acercarnos al otro castillo, al de la Villa de Castro Marim, lugar que al igual que el primer castillo donde habíamos estado, se encuentran situado en una colina, estando aislados de las casas, por lo que el silencio es absoluto, además como pudimos comprobar más adelante, incluso entre las mismas calles del pueblo imperaba ese aire silencioso. Estuvimos casi dos horas realizando grabaciones y experimentos audio-visuales en la entrada del castillo, ya que permanecía cerrado al publico a esas horas, sin embargo el misterio se nos presentó a gran escala, ya que nuestras grabadoras consiguieron captar cinco psicofonías, de las cuales tres de ellas parecen ser palabras en algún idioma extranjero que no llegamos a interpretar.
Después de recuperar fuerzas y cenar nos preparamos para lo que iba a ser una larga jornada de investigación, nuestra intención era intentar registrar en nuestros aparatos alguna imagen o sonido del pasado. El primer lugar donde fuimos a realizar grabaciones de tipo psicofónica y otras pruebas de registro de imagen con videocámara y cámara fotográfica fue al castillo San Sebastiao, donde ese antiguo prisionero, siempre según la leyenda, se aparece para jugar con los niños. Pasamos allí algo más de una hora y las esperanzas de obtener resultados positivos parecían comenzar a mermarse ya que no registramos nada anómalo en nuestros aparatos, ni presenciamos nada aparentemente extraño, así que decidimos acercarnos al otro castillo, al de la Villa de Castro Marim, lugar que al igual que el primer castillo donde habíamos estado, se encuentran situado en una colina, estando aislados de las casas, por lo que el silencio es absoluto, además como pudimos comprobar más adelante, incluso entre las mismas calles del pueblo imperaba ese aire silencioso. Estuvimos casi dos horas realizando grabaciones y experimentos audio-visuales en la entrada del castillo, ya que permanecía cerrado al publico a esas horas, sin embargo el misterio se nos presentó a gran escala, ya que nuestras grabadoras consiguieron captar cinco psicofonías, de las cuales tres de ellas parecen ser palabras en algún idioma extranjero que no llegamos a interpretar.