APARICIONES DE ALCOBA
En la actualidad resurgen estas apariciones anómalas a las que, a falta de mejor nombre, hemos colocado el apelativo de “visitantes de dormitorio”. A pesar de que, como hemos señalado, no es un fenómeno propio de nuestro tiempo, sí lo es la interpretación que actualmente se le está dando, ya que lo enmarcamos -y parte de culpa la tenemos los investigadores- dentro de la fenomenología OVNI. Hoy, el tema OVNI está de moda y en él vertemos más fenómenos de la cuenta, en muchos casos por una malinterpretación del testigo y en otros por nuestras propias creencias personales, posturas incorrectas para tratar objetivamente un acontecimiento de esta magnitud.
Desde que inicié mis andanzas por el universo paracientífico he recogido inquietantes casos de “apariciones de alcoba”, caracterizadas, entre otros muchos fenómenos, por la aparición de “entidades” casi siempre antropomorfas, rodeadas de gran luminosidad y semitransparentes, siendo interpretadas por el perceptor como presencias de familiares fallecidos, fantasmas o espíritus, aunque hoy, tal vez por la influencia de ciertas lecturas, esta interpretación ha dado un tremendo vuelco. Así, en Norteamérica, los libros “Intruders”, de Budd Hopkins, y “Communion”, de Whitley Strieber, han generado una auténtica psicosis “alienígena”, viéndose en estas historias una intervención de criaturas extraterrestres con fines manipulatorios. Puestos a especular, o bien el fenómeno transforma su apariencia, dependiendo de los factores ambientales donde se manifiesta, o bien somos nosotros quienes lo adornamos con elementos del folklore popular. Sea lo que sea, la cuestión es que miles de personas sienten que en su hogar hay un inquilino que, al parecer, no es de este mundo. El trauma o inquietud que originan tales experiencias cambian radicalmente la vida de los testigos y su asimilación depende, en gran medida, del control psíquico, la seguridad en sí mismo y, sobre todo, de un equilibrado estado emocional.
En la actualidad resurgen estas apariciones anómalas a las que, a falta de mejor nombre, hemos colocado el apelativo de “visitantes de dormitorio”. A pesar de que, como hemos señalado, no es un fenómeno propio de nuestro tiempo, sí lo es la interpretación que actualmente se le está dando, ya que lo enmarcamos -y parte de culpa la tenemos los investigadores- dentro de la fenomenología OVNI. Hoy, el tema OVNI está de moda y en él vertemos más fenómenos de la cuenta, en muchos casos por una malinterpretación del testigo y en otros por nuestras propias creencias personales, posturas incorrectas para tratar objetivamente un acontecimiento de esta magnitud.
Desde que inicié mis andanzas por el universo paracientífico he recogido inquietantes casos de “apariciones de alcoba”, caracterizadas, entre otros muchos fenómenos, por la aparición de “entidades” casi siempre antropomorfas, rodeadas de gran luminosidad y semitransparentes, siendo interpretadas por el perceptor como presencias de familiares fallecidos, fantasmas o espíritus, aunque hoy, tal vez por la influencia de ciertas lecturas, esta interpretación ha dado un tremendo vuelco. Así, en Norteamérica, los libros “Intruders”, de Budd Hopkins, y “Communion”, de Whitley Strieber, han generado una auténtica psicosis “alienígena”, viéndose en estas historias una intervención de criaturas extraterrestres con fines manipulatorios. Puestos a especular, o bien el fenómeno transforma su apariencia, dependiendo de los factores ambientales donde se manifiesta, o bien somos nosotros quienes lo adornamos con elementos del folklore popular. Sea lo que sea, la cuestión es que miles de personas sienten que en su hogar hay un inquilino que, al parecer, no es de este mundo. El trauma o inquietud que originan tales experiencias cambian radicalmente la vida de los testigos y su asimilación depende, en gran medida, del control psíquico, la seguridad en sí mismo y, sobre todo, de un equilibrado estado emocional.