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FREILA: Una sociedad que no respeta a los ancianos está destinada...

Los ancianos son viajeros que se van. Hay que despedirles con toda la ternura posible.

Aprender a envejecer requiere sabiduria y valor.

El servicio a los ancianos es algo de estricta justicia, que la socidad de consumo olvida muchas veces.

No venerar a los ancianos es demoler la casa en la que tendremos que albergarnos al atardecer.

Una sociedad que no respeta a los ancianos está destinada al fracaso.