Buenos días a Freila.
Buenos días PEPEPACO.
Hoy ha amanecido lloviznando. Ya no sé donde tirarla pues me ha roto todos esquemas que había hecho para pasar el día. Y la verdad, como uno (yo) es tan tonto, había pensado en podar olivos. Me quedan por hacer ocho de esos grandes que a lo mejor tienen 500 años. Con la pértiga y la sierra neumática, al estilo moderno, con cuatro golpes los tendré listos. La rama gorda la recogemos para una estufa que tenemos en la buhardilla de casa y la fina la trituramos con la desbrozadora y la dejamos hecha añicos. Ya no quemamos nada pues aparte de ser un engorro, dejas de contaminar y la parte vegetal queda para que se pudra por el suelo. Este año, el olivo está pletórico de muestra olivarera. El aceite, por los suelos...
Feliz día de descanso Pepe.
Un abrazo.
Buenos días PEPEPACO.
Hoy ha amanecido lloviznando. Ya no sé donde tirarla pues me ha roto todos esquemas que había hecho para pasar el día. Y la verdad, como uno (yo) es tan tonto, había pensado en podar olivos. Me quedan por hacer ocho de esos grandes que a lo mejor tienen 500 años. Con la pértiga y la sierra neumática, al estilo moderno, con cuatro golpes los tendré listos. La rama gorda la recogemos para una estufa que tenemos en la buhardilla de casa y la fina la trituramos con la desbrozadora y la dejamos hecha añicos. Ya no quemamos nada pues aparte de ser un engorro, dejas de contaminar y la parte vegetal queda para que se pudra por el suelo. Este año, el olivo está pletórico de muestra olivarera. El aceite, por los suelos...
Feliz día de descanso Pepe.
Un abrazo.
Muy buenos dias Abuelo.
Ya veo que el tiempo se estropeó. Aquí amaneció soleado y a estas horas se está empezando a nublar y a soplar un poco el poniente, veremos a ver como termina el día.
Las faenas de poda, mejor las aparcas para otro día que acompañe más el tiempo. Hoy día casero, y entre otras cosas, a darle caña al foro.
Saludos a Deza y hasta luego.
Ya veo que el tiempo se estropeó. Aquí amaneció soleado y a estas horas se está empezando a nublar y a soplar un poco el poniente, veremos a ver como termina el día.
Las faenas de poda, mejor las aparcas para otro día que acompañe más el tiempo. Hoy día casero, y entre otras cosas, a darle caña al foro.
Saludos a Deza y hasta luego.
Por si os aburrís os envío un poco de historia de vuestra tierra pues me he estado pasando el tiempo mirando y remirando cosas de la reconquista de Granada, de la expulsión de los moriscos, el levantamiento de Las Alpujarras etc. Siempre he estado interesado con los acontecimientos que ocurrieron en aquellos tiempos...
Reino Nazarí
Tras la derrota de las Navas de Tolosa, los cristianos ocupan sucesivamente las ciudades de Córdoba, Sevilla y Valencia, reduciendo los dominios musulmanes a la actual Andalucía Oriental que, para más debilidad, se veían constantemente envultos en luchas intestinas de lo que se ha dado en llamar los terceros reinos de taifas. En esos momentos de crisis aparece la figura de Nasr, de la familia de ls Nasrí originarios de Arjona, que funda una nueva dinastía que traería momentos de estabilidad al último reino musulmán de la península con capital en Granada y con difíciles relaciones con el vecino cristiano.
El reino ocupaba en un principio las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería y, en la costa mediterránea, desde Algeciras hasta Águilas (Murcia). El reino se subdividía para su administración y control militar en tres sectores (oriental -Peyyna: Almería-, central -Ilbira: Granada- y occidental -Rayyo: Málaga-) con fortificaciones fronterizas y acuartelamientos que garantizasen el control efectivo del territorio.
En estos más de 30.000 kilómetros cuadrados vivía una población de entre 300 y 400.000 habitantes, muy densa para la época, fruto de diversas olas de inmigración desde el norte de África y desde el resto de la península al haberse convertido en el último refugio para los musulmanes. Étnicamente, la población se componía principalmente de árabes puros que descendían de los antiguos muladíes y bereberes norteafricanos. Había también algunos conversos al cristianismo y pocos mozárabes (recordemos que por cuestiones políticas habían sido prácticamente exterminados). Junto a ellos coexistían grupos muy minoritarios como los judíos o los comerciantes extranjeros, mayormente genoveses, y hasta algunos esclavos subsaharianos.
Durante este período, se produjo un fuerte impulso organizador que llevó a un notable crecimiento de las ciudades. Se estima que Granada pudo sobrepasar los cincuenta mil habitantes, Málaga los veinte mil y otras ciudades importantes como Almería, Ronda, Loja, Guadix y Baza se acercaban a los diez mil.
En la economía de este período, el agua se convirtió en un elemento central, tal vez por los orígenes desérticos no olvidados de la población. Todas las ciudades se asentaban junto a los cauces de los rios y generaron importantes infraestructuras para el manejo del agua, bien con fines agrícolas, bien para los usos urbanos. Este uso intensivo del agua junto a la habilidad para explotar los cultivos de secano, dio lugar a una riquísima agricultura y más allá del tradicional cultivo del cereal, el viñedo y el olivo, se intensifica la producción de almendras, higos, naranjas, limones, peras, manzanos, granados y todo lo que se adaptase al terreno. En ciertas zonas se produce una especialización; así en la Alpujarra y la Axarquía se cría el gusano de seda, en la costa se introduce con éxito la caña de azúcar, en el valle del Almanzora se recogen cantidades notables de miel... Los minerales son también explotados con intensidad y se extrae mármol de Macael, plomo de Berja, hierro de la Sierra de los Filabres, Mercurio de Bayarque, galena de Baza... Toda esta producción implica la existencia de una industria manufacturera capaz de transformarlos y de comercializarlos y en las ciudades aparecen alcaicerías en donde los artesanos tuercen la seda y elaboran toda clase de tejidos y donde se rodean de toda clase de artesanos: orfebres, talladores, curtidores... El comercio se realizaba en la moneda acuñada en la ceca de Málaga, el dínar, que según su valor se denominaba mizcal, pesante o seyén.
La cultura también conoció un importante auge durante el reinado de los nazaríes convirtiéndose en puente entre Oriente y Occidente y, junto a esa joya de la arquitectura universal que son los palacios de la Alhambra y el Generalife, florecieron las artes y las ciencias con personajes como Ibn Tufail (médico), Al-Garnatí (viajero y cronista), Ben Said (poeta) o Abú Hayyan (filólogo). Entre todos ellos destacan los sabios Ibn Al-Jatib e Ibn Zamrak quienes escribieron numerosas obras sobre historia, filosofía, relatos, poesía y todo lo que constituía el saber en la edad media.
Es impensable que Freila no tomase parte activa en todo aquel resurgir tan espectacular del Reino Nazarí.
Un abrazo.
Reino Nazarí
Tras la derrota de las Navas de Tolosa, los cristianos ocupan sucesivamente las ciudades de Córdoba, Sevilla y Valencia, reduciendo los dominios musulmanes a la actual Andalucía Oriental que, para más debilidad, se veían constantemente envultos en luchas intestinas de lo que se ha dado en llamar los terceros reinos de taifas. En esos momentos de crisis aparece la figura de Nasr, de la familia de ls Nasrí originarios de Arjona, que funda una nueva dinastía que traería momentos de estabilidad al último reino musulmán de la península con capital en Granada y con difíciles relaciones con el vecino cristiano.
El reino ocupaba en un principio las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería y, en la costa mediterránea, desde Algeciras hasta Águilas (Murcia). El reino se subdividía para su administración y control militar en tres sectores (oriental -Peyyna: Almería-, central -Ilbira: Granada- y occidental -Rayyo: Málaga-) con fortificaciones fronterizas y acuartelamientos que garantizasen el control efectivo del territorio.
En estos más de 30.000 kilómetros cuadrados vivía una población de entre 300 y 400.000 habitantes, muy densa para la época, fruto de diversas olas de inmigración desde el norte de África y desde el resto de la península al haberse convertido en el último refugio para los musulmanes. Étnicamente, la población se componía principalmente de árabes puros que descendían de los antiguos muladíes y bereberes norteafricanos. Había también algunos conversos al cristianismo y pocos mozárabes (recordemos que por cuestiones políticas habían sido prácticamente exterminados). Junto a ellos coexistían grupos muy minoritarios como los judíos o los comerciantes extranjeros, mayormente genoveses, y hasta algunos esclavos subsaharianos.
Durante este período, se produjo un fuerte impulso organizador que llevó a un notable crecimiento de las ciudades. Se estima que Granada pudo sobrepasar los cincuenta mil habitantes, Málaga los veinte mil y otras ciudades importantes como Almería, Ronda, Loja, Guadix y Baza se acercaban a los diez mil.
En la economía de este período, el agua se convirtió en un elemento central, tal vez por los orígenes desérticos no olvidados de la población. Todas las ciudades se asentaban junto a los cauces de los rios y generaron importantes infraestructuras para el manejo del agua, bien con fines agrícolas, bien para los usos urbanos. Este uso intensivo del agua junto a la habilidad para explotar los cultivos de secano, dio lugar a una riquísima agricultura y más allá del tradicional cultivo del cereal, el viñedo y el olivo, se intensifica la producción de almendras, higos, naranjas, limones, peras, manzanos, granados y todo lo que se adaptase al terreno. En ciertas zonas se produce una especialización; así en la Alpujarra y la Axarquía se cría el gusano de seda, en la costa se introduce con éxito la caña de azúcar, en el valle del Almanzora se recogen cantidades notables de miel... Los minerales son también explotados con intensidad y se extrae mármol de Macael, plomo de Berja, hierro de la Sierra de los Filabres, Mercurio de Bayarque, galena de Baza... Toda esta producción implica la existencia de una industria manufacturera capaz de transformarlos y de comercializarlos y en las ciudades aparecen alcaicerías en donde los artesanos tuercen la seda y elaboran toda clase de tejidos y donde se rodean de toda clase de artesanos: orfebres, talladores, curtidores... El comercio se realizaba en la moneda acuñada en la ceca de Málaga, el dínar, que según su valor se denominaba mizcal, pesante o seyén.
La cultura también conoció un importante auge durante el reinado de los nazaríes convirtiéndose en puente entre Oriente y Occidente y, junto a esa joya de la arquitectura universal que son los palacios de la Alhambra y el Generalife, florecieron las artes y las ciencias con personajes como Ibn Tufail (médico), Al-Garnatí (viajero y cronista), Ben Said (poeta) o Abú Hayyan (filólogo). Entre todos ellos destacan los sabios Ibn Al-Jatib e Ibn Zamrak quienes escribieron numerosas obras sobre historia, filosofía, relatos, poesía y todo lo que constituía el saber en la edad media.
Es impensable que Freila no tomase parte activa en todo aquel resurgir tan espectacular del Reino Nazarí.
Un abrazo.