Narasimha, el hombre león
Había una vez un rey demonio llamado Hiranya-Kashipu que gobernaba el mundo. Era cruel, malvado e invulnerable a los hombres, animales o dioses, dentro o fuera de su casa, de día o de noche.
Un día, para hacer una broma, Hiranya-Kashipu golpeó un pilar de su palacio y preguntó si Visnú estaba allí. Para su sorpresa, Visnú salió rugiendo en forma de hombre-león, su cuarto avatar y destrozó al demonio al anochecer en la galería del palacio.
Había una vez un rey demonio llamado Hiranya-Kashipu que gobernaba el mundo. Era cruel, malvado e invulnerable a los hombres, animales o dioses, dentro o fuera de su casa, de día o de noche.
Un día, para hacer una broma, Hiranya-Kashipu golpeó un pilar de su palacio y preguntó si Visnú estaba allí. Para su sorpresa, Visnú salió rugiendo en forma de hombre-león, su cuarto avatar y destrozó al demonio al anochecer en la galería del palacio.