El Santo Grial
Según la fuente que se consulte, el Santo Grial era el plato que Cristo utilizó durante la última cena o el vaso con el que se recogió la sangre de su crucifixión. Depende qué tradición, éste habría sido llevado a Inglaterra, junto con la lanza con la que atravesaron el costado de Cristo, y dejada bajo la protección de un custodio del Santo Grial, o Rey Pescador. La leyenda nos cuenta como al haber sido herido el padre del rey Pescador (rey Lisiado), la tierra se hizo baldía; pero sólo podría curar y retornar la prosperidad si un caballero de corazón puro encontrase el grial e hiciese la preguntas adecuadas. La búsqueda se convierte en la prueba de pureza y valor de cada uno de los caballeros y se inicia cuando el Grial se aparece en una visión a Arturo y sus caballeros.
Si bien se trata de una leyenda cristiana, su orígen se remonta a la mitología celta, en la que son frecuentes las cornucopias y calderos (incluyendo uno con poder de resucitar) y las búsquedas en las que el héroe ha de adentrarse en el otro mundo para ganar un valioso premio.
Existen pues, varias versiones de la leyenda, y todas coinciden en que Arturo nunca emprendió tal busca y que solo un caballero, Sir Galahad, demuestra ser merecedor de encotrar tal objeto precioso.
Según la fuente que se consulte, el Santo Grial era el plato que Cristo utilizó durante la última cena o el vaso con el que se recogió la sangre de su crucifixión. Depende qué tradición, éste habría sido llevado a Inglaterra, junto con la lanza con la que atravesaron el costado de Cristo, y dejada bajo la protección de un custodio del Santo Grial, o Rey Pescador. La leyenda nos cuenta como al haber sido herido el padre del rey Pescador (rey Lisiado), la tierra se hizo baldía; pero sólo podría curar y retornar la prosperidad si un caballero de corazón puro encontrase el grial e hiciese la preguntas adecuadas. La búsqueda se convierte en la prueba de pureza y valor de cada uno de los caballeros y se inicia cuando el Grial se aparece en una visión a Arturo y sus caballeros.
Si bien se trata de una leyenda cristiana, su orígen se remonta a la mitología celta, en la que son frecuentes las cornucopias y calderos (incluyendo uno con poder de resucitar) y las búsquedas en las que el héroe ha de adentrarse en el otro mundo para ganar un valioso premio.
Existen pues, varias versiones de la leyenda, y todas coinciden en que Arturo nunca emprendió tal busca y que solo un caballero, Sir Galahad, demuestra ser merecedor de encotrar tal objeto precioso.