A
casa de tu hermano no vayas de ordinario, y menos si es casado.
A casa de tu tía, entrada por salida.
A casa vieja,
puertas nuevas.
A cena de vino, desayuno de
agua. A chica cama si queréis remedio, echaos en medio.
A chillidos de
cerdo, oídos de carnicero.
A confite de monja
pan de azúcar