El sapo común es de gran tamaño ya que puede llegar a los 15 cm de longitud. Sin embargo, al sur de la península ibérica se han visto ejemplares de hasta 18 cm.
Es de constitución compacta con una piel muy rugosa recubierta de glándulas secretoras de un líquido tóxico y irritante.
Presenta un tronco corto y ancho y una gran variación cromática ya que si el color más abundante es el marrón, los sapos comunes también pueden ser grisáceos, bermejos, de tonalidades más verdes y, a veces, con zonas más oscuras.
La cara ventral de los sapos es de tonalidad clara o gris con manchas oscuras.
El sapo común tiene una cabeza ancha con una membrana timpánica pequeña y redondeada poco visible. Tienen unos ojos muy grandes de color dorado con la pupila horizontal y el macho de esta especie, al igual que el sapo partero, no posee saco vocal, a diferencia de muchos machos de sapos y ranas (las hembras nunca tienen saco vocal).
El sapo común es un anfibio de costumbres terrestres.
Los sapos tienen una vida media de unos 10 años y su longevidad máxima es de 30 años.
Es de constitución compacta con una piel muy rugosa recubierta de glándulas secretoras de un líquido tóxico y irritante.
Presenta un tronco corto y ancho y una gran variación cromática ya que si el color más abundante es el marrón, los sapos comunes también pueden ser grisáceos, bermejos, de tonalidades más verdes y, a veces, con zonas más oscuras.
La cara ventral de los sapos es de tonalidad clara o gris con manchas oscuras.
El sapo común tiene una cabeza ancha con una membrana timpánica pequeña y redondeada poco visible. Tienen unos ojos muy grandes de color dorado con la pupila horizontal y el macho de esta especie, al igual que el sapo partero, no posee saco vocal, a diferencia de muchos machos de sapos y ranas (las hembras nunca tienen saco vocal).
El sapo común es un anfibio de costumbres terrestres.
Los sapos tienen una vida media de unos 10 años y su longevidad máxima es de 30 años.