Se encuentran dos pulgas en una ciudad de la costa, ya que, en época de vacaciones suelen mudarse a la playa, para cumplir mejor sus tareas.
Una de ellas, que lleva varios días en la playa, está gorda, rozagante, feliz y la otra aparece blanquecina y tiritante.
- ¡Ehh amiga!, ¡qué cara!, ¿tuviste un buen viaje?
- ¡Noooo!, ¡que va!, estoy así porque se me ocurrió la mala idea de viajar en el bigote de un motociclista! ¡Ese animal venía como a 200 Kms y no tenía modo de evitar el viento!
- ¡Pero amiga!, ¡qué bruta!, m ¡ira el error que has cometido! Para la vuelta sigue mi ejemplo... tú lo que tienes que hacer es esconderte en un baño de mujeres y, en cuanto llegue la primera te subes a su ropa interior y de este modo viajarás calentita y segura hasta tu destino.
- ¡Tienes razón!, seguiré tu consejo para la vuelta.
Tiempo después y recién llegadas a la ciudad luego de las vacaciones, vuelven a encontrarse ambas pulguitas, pero, una vez más una de ellas está fresca y feliz y la otra aterida y enferma.
- Amiga, de nuevo así, pero, ¿no te había explicado cómo viajar cómoda y segura?
- Pero claro, ¡seguí tus instrucciones al pie de la letra!
- ¡No puede ser! y por qué estas tan enferma.
- Pues no sé lo que pasó... tal como dijiste me metí en la ropa interior de una bella dama y estaba tan dichosamente calentita que al rato estaba dormida y feliz...
- Y entonces...
- Pues, ¡me desperté y estaba otra vez en los bigotes del motociclista!
Una de ellas, que lleva varios días en la playa, está gorda, rozagante, feliz y la otra aparece blanquecina y tiritante.
- ¡Ehh amiga!, ¡qué cara!, ¿tuviste un buen viaje?
- ¡Noooo!, ¡que va!, estoy así porque se me ocurrió la mala idea de viajar en el bigote de un motociclista! ¡Ese animal venía como a 200 Kms y no tenía modo de evitar el viento!
- ¡Pero amiga!, ¡qué bruta!, m ¡ira el error que has cometido! Para la vuelta sigue mi ejemplo... tú lo que tienes que hacer es esconderte en un baño de mujeres y, en cuanto llegue la primera te subes a su ropa interior y de este modo viajarás calentita y segura hasta tu destino.
- ¡Tienes razón!, seguiré tu consejo para la vuelta.
Tiempo después y recién llegadas a la ciudad luego de las vacaciones, vuelven a encontrarse ambas pulguitas, pero, una vez más una de ellas está fresca y feliz y la otra aterida y enferma.
- Amiga, de nuevo así, pero, ¿no te había explicado cómo viajar cómoda y segura?
- Pero claro, ¡seguí tus instrucciones al pie de la letra!
- ¡No puede ser! y por qué estas tan enferma.
- Pues no sé lo que pasó... tal como dijiste me metí en la ropa interior de una bella dama y estaba tan dichosamente calentita que al rato estaba dormida y feliz...
- Y entonces...
- Pues, ¡me desperté y estaba otra vez en los bigotes del motociclista!