Un niño que va en el autobús sentado, se levanta de repente y comienza a mirar el suelo desesperadamente y llorando grita:
- Mi pelotita, he perdido mi pelotita...
Una señora le dice:
- No te preocupes, hijo, ahora te ayudo a buscarla.
Y el niño sigue llorando:
- Mi pelotita, mi pelotita, he perdido mi pelotita...
Se levantan todos los viajeros y se ponen a mirar por el suelo. Entonces el niño se echa un dedo a la nariz, se sienta, y dice:
- No importa, me hago otra.
- Mi pelotita, he perdido mi pelotita...
Una señora le dice:
- No te preocupes, hijo, ahora te ayudo a buscarla.
Y el niño sigue llorando:
- Mi pelotita, mi pelotita, he perdido mi pelotita...
Se levantan todos los viajeros y se ponen a mirar por el suelo. Entonces el niño se echa un dedo a la nariz, se sienta, y dice:
- No importa, me hago otra.