Una tia que se va a casar y no es virgen le pregunta a su madre que es lo que puede hacer, y esta le dice:
- Eso no es problema, tu cojes un bote de tomate frito y la noche de la boda cuando tu marido no mire lo vacias en la sábana y gritas... ¡me has roto el himen!, ¡me has roto el himen! y verás como el ni se entera.
Al llegar la noche de bodas la tia con las prisas se equivoca de bote y coge una lata de judias con tomate en lugar del tomate frito y ya en la cama ella lo vacia y se pone a gritar:
- ¡Manuel! ¡me has roto el himen! ¡me has roto el himen!
El tio que mira para abajo y dice:
- ¿El himen? Lo que yo creo que te rompí es la boca del estómago...
- Eso no es problema, tu cojes un bote de tomate frito y la noche de la boda cuando tu marido no mire lo vacias en la sábana y gritas... ¡me has roto el himen!, ¡me has roto el himen! y verás como el ni se entera.
Al llegar la noche de bodas la tia con las prisas se equivoca de bote y coge una lata de judias con tomate en lugar del tomate frito y ya en la cama ella lo vacia y se pone a gritar:
- ¡Manuel! ¡me has roto el himen! ¡me has roto el himen!
El tio que mira para abajo y dice:
- ¿El himen? Lo que yo creo que te rompí es la boca del estómago...