En el confesionario:
- Padre, he cometido el pecado de la carne.
- Es grave, hijo mío. ¿Cuántas veces?
- Padre, yo he venido a confesarme, ¡y no a fanfarronear!
- Padre, he cometido el pecado de la carne.
- Es grave, hijo mío. ¿Cuántas veces?
- Padre, yo he venido a confesarme, ¡y no a fanfarronear!