s. XIII dc En este siglo, desde la perdida de Jerusalén (1244) a manos del Islam, los occidentales, en especial el papa Inocencio IV y Luis IX enviaron muchos embajadores-misioneros a ver a los mongoles en Karacorum, su capital. Uno de los primeros, formado por Juan de Pian Carpino y Esteban de Bohemia, alcanzo su objetivo, pues Carpino asistió en Karacorum a la designación de Guyuk como Gran Khan (1246). También llego a su destino el dominico Ascelino, y regreso en 1248 con algunos mongoles enviados por el Khan Batú. Las siguientes embajadas fueron enviadas por Luis IX, las anteriores por el papa, con la intención de una alianza en contra del Islam. Envío al dominico Andrés de Longjumeau, pero no se conocen sus resultados. Unos años mas tarde, en 1253, partía de Constantinopla el franciscano Guillermo de Rubruk, Rubrukis o Roebruk, que regresaría a Chipre en junio de 1255. Se sabe que entre 1260 y 1300, hubo unas 15 embajadas del lkhanato o Khanato de Persia y bastantes replicas europeas. Otra serie de embajadas ocurre a partir de 1285, cuando llego a Roma un cristiano palestino que había residido en Pekín, llamado Isa Terchimán. En 1287 un turco nestoriano nacido en Pekín, llamado Rabban Sauma, partió desde Pekín hacia Bagdad, y de aquí a Tierra Santa, Nápoles, Roma, París y Burdeos, y visito a Felipe IV de Francia y Eduardo I de Inglaterra. Después de invernar en Génova regreso por Roma a Irán, acompañado por envajadores de Felipe IV: la replica tuvo lugar en 1289, cuando el Ilkhan envió a Francia a Buscarel, un genovés que era oficial de su guardia. Los últimos contactos diplomáticos, en 1338, procedieron directamente del Gran Khan de Pekín, cuyos enviados vinieron acompañados por el mercader genovés Andalo de Savignone.