En algunos casos, los no muertos –sobre todo los esqueletos y los zombies-, están bajo el control de un nigromante. En otros casos –como el de los zombies que aparecen en las películas - la existencia de los no muertos se debe al contagio de un virus o a una maldición. Con los liches, los poderes de los no muertos son invocados por los partícipes de un ritual mágico que los convierte de humanos a liches. Los fantasmas permanecen en ese estado de no-muerte por su propia voluntad, ya sea por el deseo de permanecer con los vivos o para completar algo que no pudieron hacer mientras vivían.