La llave
Lo he debido soñar: está colgada
de la pared. Tiende hacia mí su mano.
Me da una vuelta.
Se abre.
Entro en silencio,
alma del mundo.
Hay un montón de brillo
bajo el suelo enterrado.
Escarbo. Lloro
como si fuera a irme sin las manos,
sin abrirse de par en par la llave.
Está colgada del vacío, un paso
hacia mí que la llamo.
Y es un ala
de cerradura vieja. Me habla
como una entrada conocida. Mece
la sombra de una puerta,
una madera
de cuna clausurada.
Y lloro,
como acabado de nacer en sueños.
Lo he debido soñar: está colgada
de la pared. Tiende hacia mí su mano.
Me da una vuelta.
Se abre.
Entro en silencio,
alma del mundo.
Hay un montón de brillo
bajo el suelo enterrado.
Escarbo. Lloro
como si fuera a irme sin las manos,
sin abrirse de par en par la llave.
Está colgada del vacío, un paso
hacia mí que la llamo.
Y es un ala
de cerradura vieja. Me habla
como una entrada conocida. Mece
la sombra de una puerta,
una madera
de cuna clausurada.
Y lloro,
como acabado de nacer en sueños.