Cuando los hermanos Grimm se convencieron de que sus libros debían
destinarse esencialmente al público infantil fueron progresivamente
suavizando el contenido de sus historias. Y es que, evidentemente, algunos
de estos relatos eran de todo menos recomendables para leérselos a los niños
antes de que se fueran a dormir.
destinarse esencialmente al público infantil fueron progresivamente
suavizando el contenido de sus historias. Y es que, evidentemente, algunos
de estos relatos eran de todo menos recomendables para leérselos a los niños
antes de que se fueran a dormir.