Los ataques, aún así, no terminaron. De hecho, ella quedaba paralizada e inconsciente mas a menudo que antes, el exorcismo continuó por muchos meses, y durante semanas Anneliese rechazó todo alimento, aparte de no comer, presentaba una grave neumonía, alcanzando apenas los 30 kilos de peso, estaba totalmente demacrada y con fiebres muy altas, incluso llegó a romperse las rodillas debido a las 600 genuflexiones que realizaba obsesivamente durante las sesiones.