A la media noche del segundo día guarda todos los pedazos bajo llave en su maleta, llama un taxi y pide que lo lleve a Bois de Boulogne, lleva la maleta al parque y trata de botarla al lago, sin embargo, para su contextura física le era muy pesada. Cuando descubre que varias personas lo miran se asusta, las tira rápidamente y huye. Una pareja que paseaba por el lugar vio una mano de mujer llena de sangre y llaman a la policía. Mientras tanto Sagawa regresa a su apartamento a disfrutar de los filetes de Renee que tenía en su refrigerador, cada día que estuvo en libertad comió pedazos del cadáver.