Al día siguiente Wheeler los condujo a un sitio apartado, a unas tres millas de pueblo, cerca del río San Antonio. Ahí comenzó a cavar en un sitio en que la tierra estaba medio suelta y poco después descubrieron dos brazos, dos piernas y un torso en avanzado estado de putrefacción, cuando le preguntaron por la cabeza el señaló los restos de una hoguera. Entre las cenizas se encontraron una mandíbula, algunos dientes y pedazos de un cráneo humano.