Su aparente autocontrol y frialdad mientras confesaba desconcertó a los agentes, quienes pensaron estar ante un verdadero psicópata sin escrúpulos, pero Dennis, al estar consciente de ello, les explicó que sólo permanecía imparcial para que su testimonio fuese lo más objetivo posible para ellos, pues si daba rienda suelta a sus sentimientos de arrepentimiento y a su angustia interior, le costaría muchísimo guardar la calma: "Nadie debe verme llorar por las víctimas, eso forma parte de mi dolor personal