El 3 de febrero de 1983, en el número 23 de Cranley Gardens, al norte de Londres, los ocupantes descubren que sus lavabos están atascados por enésima vez. Otras averías similares ya habían derrotado con anterioridad a un fontanero local, y ese día llamaron al fontanero de una compañía privada para que les ayudase en la tarea.