Sí, después de ver la Abeja Maya sentías un cariño especial por todos los animalucos de la Tierra. Incluidos los insectos. Yo después de ver esta serie fui incapaz de matar ni una pequeña mosca cojonera. A partir de entonces les abría la ventana y las invitaba a salir: "Señora mosca, salga de casa ahora mismo y mándele saludos de mi parte a la señorita Maya". Y salía. A la vez entraban treinta moscas más, pero qué más da. Es la naturaleza viva.