Las carcasas eran el símbolo del móvil. Del progreso. De la llegada de la diferenciación social por medio de una carcasa de colorines que costaba casi lo mismo que un móvil nuevo. Qué alegria, qué alboroto, otro perrito piloto. Pues para que veáis, no todo era alegría y color. Las carcasas no te hacían ser, tampoco tan diferente, y como no te la pintases con spray, al fin y al cabo irías como todo el mundo.