El grupo de fantasmas replicó: “Vivimos en una dimensión en la que no existen la fe en las religiones, la disciplina, el perdón, la paciencia ni el conocimiento. Nuestro alimento es el más despreciable del mundo: basura, vómito, tos y orina. Somos ignorantes y vivimos en la oscuridad”. Ser fantasma, en la religión hindú, es un verdadero castigo.