La peor corrupción se encontraba en la Crédit Mobilier de George Francis, la empresa de construcción del Union Pacific, que, según el escritor Richard White, involucró a ‘docenas de congresistas, un secreario del tesoro, dos vicepresidentes, un candidato líder a la presidencia, y un eventual presidente. Causó un escándalo que persistió por cuatro elecciones presindeciales. Otras empresas de trenes, incluyendo a Credit Foncier de América, Train own y el Hotel Cozzens, triunfaron luego de pulir la imagen ferroviaria. El más destacado fue el proyecto del Northern Pacific que fracasó al vender sus bonos, lo cual llevó al colapsó de Jay Cooke y su compañía, y llevó a dispara el pánico financiero de 1873. La más rentable de las líneas transcontinentales fue la del tren Great Northern, que recorría la parte norte de los EEUU, otorgando servicio de carga para la zona del noroeste. El costo de transporte en el Great Northern era de 2.88 centavos por tonelada en un principio, cayendo a menos de 80 centavos hacia 1907.