El gobierno federal incluso intentó forestar las praderas para un mejor uso de las tierras infértiles. Basándose en la teoría de que plantar árboles alteraría el clima lo suficiente como para producir la lluvia necesaria para mantener a los árboles, el gobierno ordenó a los granjeros plantar árboles. Cuando el programa falló debido a las pestes y las sequías, el gobierno pasó a programas más prácticos para desarrollar el riego, aunque el riego a gran escala llegó décadas después. Para 1870, las entregas de tierras crearon preocupaciones acerca del manejo de las tierras públicas que quedaban, sobre todo aquellas de valor único como las del Gran Cañón y Yellowstone, y entonces nació el movimiento de conservación. En 1872, Yellowstone se convirtió en el primer parque nacional de los EEUU (y del mundo).