El gobierno federal intentó reducir las tensiones y crear nuevos límites tribales en las Grandes Planicies con dos tratados a inicios de 1850. el Tratado del Fuerte Laramie establecía zonas tribales para los Sioux, los Cheyennes, los Harapazo, los Crows, y otras tribus, y permitía la construcción de caminos y puestos en las tierras indígenas. Un segundo tratado aseguró el pasaje por el Camino de Santa Fe por medio de vagones de tren. A cambio, las tribus recibirían, durante diez años, una compensación anual por daños causados por los blancos.