El alambre de púas, un invento de 1880, permitió que el ganado se mantuviera en áreas designadas para evitar el sobrepastoreo. En Texas y las áreas circundantes, la población creciente necesitaba que los rancheros cercaran su territorio. En el norte, el exceso de pastoreo arruinó el campo abierto, llevando a la escasez de forraje durante el invierno para el ganado y en consecuencia, a la hambruna, sobre todo durante el duro invierno de 1886-1887, cuando cientos de reses murieron en el noroeste, creando un colapso en la industria ganadera.