El vencedor era premiado con una palma de oro, dinero y la inmensa popularidad conseguida, especialmente en el caso de las damas.
Y si el gladiador que ganaba era un esclavo, después de diez victorias se le regalaba un collar de metal que le otorgaba la libertad. Desde ese momento podía decidir si continuar combatiendo por dinero o emprender otra actividad, como por ejemplo ser instructor en la escuela para gladiadores.
Y si el gladiador que ganaba era un esclavo, después de diez victorias se le regalaba un collar de metal que le otorgaba la libertad. Desde ese momento podía decidir si continuar combatiendo por dinero o emprender otra actividad, como por ejemplo ser instructor en la escuela para gladiadores.