Una de las características más llamativas del cráneo de los dinosaurios es la presencia de dos aberturas ubicadas detrás de los ojos, una encima de la otra, que permitían a los músculos de la mandíbula aumentar de tamaño durante la masticación. Esta particularidad del cráneo hace que se los clasifique como arcosaurios–que en idioma griego significa “reptiles dominantes”– junto con sus parientes pterosaurios –que eran reptiles voladores–, los cocodrilos y una gran variedad de formas extinguidas, entre ellas, el Pseudolagosuchus y el Marasuchus.