REVELACIONES Y VISIONES
Desde niña, Francisca fue favorecida con la gracia de poder observar a su ángel custodio, que velaba por su salud permanentemente. Según indica el documento de Matteotti, nunca la dejó sola e incluso hasta permitió que contemplara su nívea imagen en más de una oportunidad.
La figura del ángel es caracterizada por Santa Francisca Romana de la siguiente manera: "Tenía una hermosura increíble, una piel más clara que la nieve y un rubor que superaba el arrebol de las rosas. Sus ojos estaban siempre abiertos y miraban al cielo, mientras su extenso cabello de bucles era del color del oro bruñido. Su manto llegaba hasta el suelo, de color blanco azulado o con resplandores rojizos. Irradiaba una enorme luminosidad aun en plena noche”.
En sus confesiones, Santa Francisca cuenta una anécdota de su padre, quien dudaba de la veracidad de los dichos de su hija y en una oportunidad le pidió que le presentara a ese “amigo imaginario”. Entonces la niña tomó al ángel de la mano y se la acercó a la de su padre. Así los presentó, y éste pudo verlo.
Desde niña, Francisca fue favorecida con la gracia de poder observar a su ángel custodio, que velaba por su salud permanentemente. Según indica el documento de Matteotti, nunca la dejó sola e incluso hasta permitió que contemplara su nívea imagen en más de una oportunidad.
La figura del ángel es caracterizada por Santa Francisca Romana de la siguiente manera: "Tenía una hermosura increíble, una piel más clara que la nieve y un rubor que superaba el arrebol de las rosas. Sus ojos estaban siempre abiertos y miraban al cielo, mientras su extenso cabello de bucles era del color del oro bruñido. Su manto llegaba hasta el suelo, de color blanco azulado o con resplandores rojizos. Irradiaba una enorme luminosidad aun en plena noche”.
En sus confesiones, Santa Francisca cuenta una anécdota de su padre, quien dudaba de la veracidad de los dichos de su hija y en una oportunidad le pidió que le presentara a ese “amigo imaginario”. Entonces la niña tomó al ángel de la mano y se la acercó a la de su padre. Así los presentó, y éste pudo verlo.