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FREILA: UN BUSCADOR DE PECADOS...

UN BUSCADOR DE PECADOS

En el prólogo al libro de Job, Satán aparece junto a otros seres o "hijos celestiales de Dios" ante la deidad, contestando a las preguntas de Dios. Éste le pregunta de dónde había venido y el diablo le contesta que: "va por delante y detrás de la Tierra, recorriéndola por arriba y por abajo".

Tanto la pregunta como su respuesta exhiben la naturaleza de Satán: está al acecho de toda actividad humana con el propósito malvado de buscar los pecados de los hombres y erigirse como su acusador.

Él es, por lo tanto, el querellante celestial, el abogado que ve solamente la iniquidad. Defiende la malvada opinión de que Job, incluso después de pasar con éxito su primera prueba –entregándose a la voluntad de Dios– debe ofrecer otra prueba de sufrimiento físico.

Aún así, es también evidente –por la lectura del prólogo– que Satán no posee ninguna energía de acción independiente, sino que requiere el permiso del Dios, al que no puede transgredir. Entonces, no debería ser visto como absoluto opositor de Dios, sino como el servidor rebelde, en distinta jerarquía. Su naturaleza de poder es diferente, por eso no pueden ser comparados en igualdad de condiciones.

Esta visión también se conserva en Zacarías 3:1-2, donde Satán se describe como el adversario del alto sacerdote Josué, y se opone al "Ángel del Señor" quien le reclama silencio en nombre de Dios.