"Trata de arrancarlo Carlos, ¡por Dios!"
A 200 metros de la meta, el coche de Carlos Sáinz se paró cuando el piloto estaba a punto de ganar su tercer campeonato del Mundo de Rallys en 1999. Su acompañante, el acelerado Luis Moya, se bajó del vehículo y, desesperado, rogó a su compañero que intentara un imposible.
A 200 metros de la meta, el coche de Carlos Sáinz se paró cuando el piloto estaba a punto de ganar su tercer campeonato del Mundo de Rallys en 1999. Su acompañante, el acelerado Luis Moya, se bajó del vehículo y, desesperado, rogó a su compañero que intentara un imposible.
