No es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo.
Cuando se cede al miedo del mal, se experimenta ya el mal del miedo.
Para quién tiene miedo todo son ruidos.
El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
El miedo es padre de la crueldad.
Una mentira adecuadamente repetida 1.000 veces se convierte en una verdad.
La medicina sólo puede curar las enfermedades curables.
Un alcohólico es aquel que bebe más que su médico.
Haz de tu cirugía una caricia bienhechora.
La mujer perfecta es la que no espera que su marido sea perfecto.
Hay un secreto para vivir feliz con la persona amada: no pretender modificarla.
La mujer llora antes del matrimonio; el hombre, después.
La mayoría de nosotras se casará. Nadie puede prometernos que durará. Nuestro amor puede estar en otras personas, pero nuestra seguridad está en nosotras mismas.
No hay grito más desgarrador que el susurro de la conciencia intranquila.