A Ricardo sus papás le han regalado un loro. Era un loro ya mayor, muy bonito él. Pero tenía una muy mala
costumbre: decía muchas palabrotas. Ricardo intentaba corregir esa actitud del loro. Primero con mucha paciencia, con palabras bonitas y con mucha educación… pero el loro no le hacía ni caso! Le ponía
música suave… siempre le trataba con mucho cariño… pero nada: el loro seguía a la suya!
Un día Ricardo se le acabó la paciencia y metió al loro en el congelador. Durante unos minutos escuchó
... (ver texto completo)