Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.
Hacer el amor implica una conexión con el amor que no se da todo el tiempo, ni siquiera entre dos personas que se aman.
Hay que amar lo que es digno de ser amado y odiar lo que es odioso, mas hace falta buen criterio para distinguir entre lo uno y lo otro.