Matan los médicos y viven de matar, y la queja cae sobre la dolencia.
La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas.
La vida no es sueño. El más vigoroso tacto espiritual es la necesidad de persistencia en una forma u otra. El anhelo de extenderse en tiempo y en espacio.
Quien no ama la vida, no la merece. ¿Qué viene a ser esta vida, sino un breve camino para la muerte?
Estar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.
La vida es como una nuez; no puede cascarse entre almohadones de plumas.
El arte de vivir consiste en conseguir que hasta los sepultureros lamenten tu muerte.
La vida es como un arca inmensa llena de posibilidades.
Si vivir sólo es soñar, hagamos el bien soñado.
Una buena vida es aquella inspirada por el amor y guiada por la inteligencia.
La vida no es aceptable a no ser que el cuerpo y el espíritu vivan en buena armonía, si no hay un equilibrio natural entre ellos y si no experimentan un respeto natural el uno por el otro.
El secreto para vivir en paz con todos consiste en el arte de comprender a cada uno según su individualidad.
El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado.
Vivir plenamente produce un cansancio infinito, pero muy gratificante.