No hay libro tan malo del que no se pueda aprender algo bueno.
Las novelas nunca las han escrito más que los que son incapaces de vivirlas.
No se hace buena literatura con buenas intenciones ni con buenos sentimientos.
Quien escribe gusta del halago, pero el 'escritor' en cambio, ha de aprender a gozar con el arrecio, con el golpe de martillo sobre el yunque de su obra. Sólo así podrá forjar aiestos.
El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro.
Un libro debe construirse como un reloj y venderse como un salchichón.
Un libro puede ser agradable con muchas imperfecciones y enojosísimos sin un defecto.
Dejaría en este libro toda mi alma.
Un poema comienza en deleite y termina en sabiduría.
La literatura puede ser una buena terapia personal, una especie de psicoanálisis por el que no se paga al psicoanalista.
La lectura es para mí algo así como la barandilla en los balcones.
¡Hay tantas maneras de leer, y hace falta tanto talento para leer bien!.
Cuando necesito leer un libro, lo escribo.
El autor que habla de sus propios libros es peor que la madre que sólo habla de sus hijos.
