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FREILA (Granada)

Quinta del 84 (foto antigua)
Foto enviada por antonio

Los investigadores (geólogos y paleontólogos) se preguntaron ¿por qué las cáscaras eran tan gruesas? Y la respuesta que encontraron fue que la dureza de las mismas era una protección segura contra otros animales depredadores.
En nuestro país, también vivieron otros enormes dinosaurios llamados Titanosaurios. Se encontraron nidos de estos animales con huevos de cáscaras increíblemente gruesas y porosas.
Durante el Cretácico Tardío vivieron Gigantosaurus (palabra que significa “lagarto gigante”). Estos eran terribles predadores, los dinosaurios carnívoros más grandes conocidos. Tenían un cráneo de 1,80 metros y su tamaño era parecido al del Tyrannosaurus que vivió de América del Norte. El largo total del animal era de 16 metros.
Los hadrosaurios tenían un aspecto muy diferente unos de otros y presentaban una especie de “joroba” sobre la cabeza. La parte delantera de su cara se alargaba para formar un hocico ancho y aplanado, con un pico sin dientes parecido al de un pato.
Por último, también tenemos el Carnotaurus sastrei, uno de los más espectaculares dinosaurios del mundo. Este es el primer animal carnívoro conocido que poseía cuernos para herir a otros animales.
El Amargasaurus cazaui era un herbívoro de unos ochos metros de largo que tenía dos filas de largas espinas que le recorrían el cuello y el lomo, mientras que el Ligabueino andesi fue descubierto en 1985 y su pequeño tamaño indica que, seguramente, se alimentaba de insectos. Su altura no sobrepasaba los 50 centímetros.
Los animales que vivieron aquí presentan formas distintas a las encontradas en Estados Unidos, Canadá, Europa o Asia.
Los dinosaurios argentinos se encuentran entre los más sorprendentes del mundo. Los descubrimientos, que aumentaron muchísimo durante los últimos cuarenta años, incluyen especies con raras adaptaciones y tamaños enormes.
Una de las características más llamativas del cráneo de los dinosaurios es la presencia de dos aberturas ubicadas detrás de los ojos, una encima de la otra, que permitían a los músculos de la mandíbula aumentar de tamaño durante la masticación. Esta particularidad del cráneo hace que se los clasifique como arcosaurios–que en idioma griego significa “reptiles dominantes”– junto con sus parientes pterosaurios –que eran reptiles voladores–, los cocodrilos y una gran variedad de formas extinguidas, entre ellas, el Pseudolagosuchus y el Marasuchus. ... (ver texto completo)
Los dinosaurios nacieron a partir de algún pequeño reptil que vivió hace más de 230 millones de años. Uno de los reptiles más relacionados con los dinosaurios es el Marasuchus lilloensis. Los restos de este antiguo animal fueron encontrados en la provincia de La Rioja, Argentina, en la década de 1960.
Antes de comenzar el Triásico, se originó el continente llamado Pangea, que se extendía de polo a polo. La temperatura en esta masa de tierra era cálida y húmeda: esto favoreció la vida de los dinosaurios. Sin embargo, a finales del Cretácico se produjeron erupciones volcánicas que llenaron la atmósfera de cenizas. Al mismo tiempo, en México impactó un cometa, se produjeron tormentas, olas gigantescas (llamadas “tsunamis”) e incendios de selvas y bosques en el resto del planeta. Las cenizas, el polvo ... (ver texto completo)
En el caso de los elefantes, como carecen de pelo y tienen grandes orejas que aumentan su área superficial, también presentan adaptaciones de su comportamiento (por ejemplo, usar su trompa para rociar agua sobre sí mismos).

Los dinosaurios grandes habrían tenido que ocuparse de situaciones similares; su tamaño corporal sugiere que perdían calor lentamente.
En cierto punto, la cantidad de calor pudo forzar al organismo de estos animales a la utilización de métodos adicionales para evitar recalentarse.
La primera evidencia directa de comportamiento gregario de los dinosaurios se basa en un descubrimiento de 1878. Se hallaron 31 saurópodos que fallecieron juntos en Bernissart, Bélgica, después de caer en un profundo hoyo inundado, donde se ahogaron.
Desde 1897, la búsqueda de fósiles de dinosaurios se ha extendido a cada continente, incluyendo la Antártida. El primer dinosaurio antártico que se descubrirá, el Ankilosaurio Antarctopelta Oliveori, fue encontrado en la isla de Ross en 1986. Y en 1994 se halló el terópodo Cryolophosaurus Ellioti.