Queridos amigos que me interpeláis: La verdad es que resulta asaz difícil contestar a vuestras preguntas por que no supongan demérito para nadie. En cuestión de fútbol, para mí, pequeño entonces, Miguelín era el jugador del regate;Manolo el Guarda, el cabeceador ariete y Manolito el de la Apolonia, el mejor portero.El porqué de la camisola verdinegra, no sabría responder, pues yo no he visto jamás una igual en ningún equipo. De mujeres, ¡pss!, la pregunta del millón. Las hembras de Escúzar pasaban por ser las más guapas de aquellos contornos. Recuerdo a la Carmelina y la Paquita de Pepe el Carpintero que me parecían preciosas o a la Mari Lourdes de Elodia o a una hija mayor de la de Rojillo, que aún he saludado recientemente en alguna Función, guapísima o la Ita de Lázaro el de la Morena...¡Menuda papeleta escoger en un pueblo con tantas hermosuras!
De la emisora, también recuerdo intervenciones de gente del pueblo, jóvenes la mayoría, que cantaban canciones entonces en boga, otros tocaban "las castañuelas", otros recitaban de memoria el Catecismo Segundo Grado y se llevaron sus buenos dineros como premio, lo cual tenía su miga, porque si errabas en cualquier pregunta, quedabas eliminado y perdido el capital acumulado hasta el momento. Incluso me viene a la memoria que la Señorita de las niñas formuló mal una pregunta y el concursante le dijo que se la preguntara tal y como estaba escrita en el Catecismo, con la anuencia del Cura, y el chiquillo siguió adelante. En seis domingos, a cincuenta por cada uno, resolvió con éxito su cometido con la cifra de 304 ptas, de los años 60, tantas como cuestiones había. Saludos a todos del monaguillo.
De la emisora, también recuerdo intervenciones de gente del pueblo, jóvenes la mayoría, que cantaban canciones entonces en boga, otros tocaban "las castañuelas", otros recitaban de memoria el Catecismo Segundo Grado y se llevaron sus buenos dineros como premio, lo cual tenía su miga, porque si errabas en cualquier pregunta, quedabas eliminado y perdido el capital acumulado hasta el momento. Incluso me viene a la memoria que la Señorita de las niñas formuló mal una pregunta y el concursante le dijo que se la preguntara tal y como estaba escrita en el Catecismo, con la anuencia del Cura, y el chiquillo siguió adelante. En seis domingos, a cincuenta por cada uno, resolvió con éxito su cometido con la cifra de 304 ptas, de los años 60, tantas como cuestiones había. Saludos a todos del monaguillo.