BAUL: Y, en pocos días, las verbenas, que no conocí (Las...

Y, en pocos días, las verbenas, que no conocí (Las que se hacen para los que en su día se fueron a buscarse la vida) bien dentro del propio país o a lo que por entonces, llamábamos extranjero. Y puedo afirmar porque he sido la que vio el desalojo de ese pueblo tan majo. Un pueblo, donde había dos panaderías, dos tiendas, un estanco, un herrador, un herrero-mecánico, donde teníamos a Don Paco, practicante y farmacéutico y también sobrinos (Quién hijos no tiene, sobrinos sostiene, donde los cortijos producían trigo, la fruta la comíamos del día, el aceite de la barrica, los huevos tenían color, la carne del pollo tenia carne y sabor, no grasa y ligamentos, quienes compren en cualquier súper, que vea de que se componen los que aquí llaman los jamoncitos de pollo, dentro de lo menos malo el sobre muslo. Los que hoy tienen 40, no saben lo bien que hemos comido, no tanto bollito envasado, más tortas de manteca, de chicharrones o las Mari Toñi, sin olvidar los churros o buñuelos (De la misma familia son, y se llevaban bien) aquellas tortas de Alcudia, de las que mi hijo se hubiera traído un paquete, como llevábamos nosotros de aquí la rica ensaimada, ensaimada, ensaimada, que no te la den con las de crema o cabello de Ángel, como la ensaimada normal, no hay otra igual. Aunque si les digo la verdad, cuanto gozaba cuando se anunciaba el panadero, solo abrir la puerta y no le dejaban al hombre dármelas, ya se la estaban comiendo mis cuatro churumbeles, como añoro ese pan, todavía aún caliente, aquello de pan con pan, comida de tontos, los de ahora, los que comíamos PAN con el nos comíamos hasta el postre, bien con uvas, melocotones, albaricoques, y que me dicen de las ensaladas de lechuga con tomate, y ese huevo cocido, aquellos gazpachos que te tenían toda la tarde tirando cañones, mas corría el aire, aquel arenque de la mañana, con su papel de estraza, al que lo poníamos aún más delgados con los goznes de las puestas del gallinero, con un tomate carnoso, regado con una pizca de aceite, menudo manjar el desayuno, con el que no tenía problemas de halitosis, cosa que comía, cepillo de dientes con el Lacer, ni una sola vez he ido, para mí a ningún dentista, sin embargo con eso de las chucherías, no sabias cuando se las habían comido, y alguna carié he tenido que pagar, lo que no me importo nunca, si hubiese tenido mi amado la costumbre de ir al dentista, su boca hubiera estado como la mía, para quitarle lo que se llamaban dientes de lobo, tuvieron que ser los frailes, cuando huyo al colegio, los que le llevaron a Caravaca de la Cruz y fue allí donde por fin lo hicieron, hasta le limpiaron la boca, si al salir del cole, nos hubiéramos fugado, no hubiera dado lugar a tener el miedo acervar que al dentista tenia. Iba cuando le dolía la muela, al día que le daban para volver, imposible llevarlo arrastrando a un hombretón. Enseñar y dar ejemplo es tarea de los padres, el fue peor tratado que una rata, siendo el hombre más hombre, humano, generoso, sensible, apasionado, no podía soportar que se rieran e hicieran perrerías a dos gay que había donde trabajaba, la única vez que dio un bofetón fue para el jefe de comedor, en ese instante tuvo que ir a cambiarse, no hizo más burlas ni más canalladas, mentes en cuerpos equivocados, pero humanos son- Ama a tú prójimo como a ti mismo, con solo esa palabra que Jesús pronuncio, sobraban las demás, hay una a la que los políticos, tienen verdadero terror. La verdad os hará libres. Hablo muy poco, pero el ejemplo que nos dejó, si así hubiéramos actuado desde el paraíso, este seguiría siéndolo, ahora la tierra es el infierno. Después de esta filípica. Os deseo una feliz verbena. Me asomaré para ver las imágenes que pongáis de estas. Hasta pronto. Os quiere. Teresa. P. D. Por favor, cuando veáis a Loli de Pedro, la que ahora tiene la tienda, si está sola, le decís, que la quiero y que tal va de salud. Gracias, a quien sea tan humano y me haga este pequeño favor, me hará feliz, que sepa que siempre la querré Teresa