BAUL: Pleguezuelos Rodríguez, era él quien nos proveía de...

Pleguezuelos Rodríguez, era él quien nos proveía de las mastodónticas pilas para las radios, además, cuando teníamos algún problema con estos, él era el mecánico oficial del pueblo, su vivienda, estaba en la cuesta para bajar al rio por la parte del puente, dos de los hijos estuvieron trabajando en Askar transportes, en Palma, se fueron pronto, ya que los sueldos son bajos en la isla, entre trapicheos Supuestamente, hay mucho milloneti, nosotros, estábamos juntos, solo eso nos bastaba, teníamos una casa, que le costó mucho conseguir a mi amor, casa, que cada mes, nos enviaban mis padres el dinero y nos sobraba, teníamos comida, ropa decente, el lujo nunca nos atrajo, éramos los seres más felices teniéndonos tanto amor, pedir más, era ofender a Dios, la felicidad se nos notaba, él desde que me conoció tuvo la certeza de que mas tarde o temprano alcanzaríamos lo que más deseábamos, estar para siempre juntos, veinte y cinco años, 13 de ellos entre tristezas y la alegría de tenernos el uno al otro. Hoy siento que tenia que haber sido menos cobarde, habernos unido cuando estaba casi para cumplir los quince, nos hubiéramos ido con mis abuelos a Lorca, hubiera empezado hacer practicas con él, cada mañana juntos se hubieran ido a la oficina, por la tarde, después de hacer la digestión (Esta era sagrada para mi abuelo) no me dejaba leer, hasta no haber pasado media hora, hubiera repasado la teórica, y hoy estaría a punto de jubilarse, trabajo tranquilo, hubiera pasado de ir a la mili, tenia todos los puntos a su favor (Desgraciadamente) No ceso de llamarme cobarde, él me riñe, me ha hecho prometer que no hable más del tema, que si ha vivido ha sido precisamente gracias al amor que le daba y el que él por mi sentía, un amor, que nunca muere, ni un solo instante se separa de mi, lo que más deseo es irme con él, sin él mi vida perdió todo sentido, tenia que subir a los críos, algo que he hecho con creces, hoy con el mayor, respiro, el único que no lo ha defraudado, del que se siente más que orgulloso, digno de ser nuestro hijo, no quería tener hijos tan pronto, salió mas que harto, teníamos que vivir nosotros, viajar a los lugares soñados, no compartir nuestro amor con nadie, cosa que nunca ocurrió, cada cual tenia su parcela, la nuestra era, es y será eternamente intocable. Ahí nos conocimos, sufrimos, reímos, es por ello que olvidarlo es del todo imposible, cierro los ojos, y como una película van pasando los momentos dichosos, los que continuaran cuando de nuevo nos volvamos a reencontrar, nos podamos abrazar, mi Ángel de la Guarda, lo nombro Jesús. Lo que quiero que quede claro, es que a nadie he querido en mi vida, como le amo a él, ni padres, ni hermanos, ni hijos, EL, mi GRAN AMOR. Abrazos bauleños, imagino, que si en los madriles nieva, Baúl no se queda atrás, un buen fuego, un chocolate con buñuelos ¡Qué tiempos aquellos! Hasta pronto, aquí llueve, mi espalda se resiente aún más, ahí me hice fuerte, le planto cara, y ahora a seguir leyendo en la cama, si el sueño llega, bienvenido sea, que no llega, todo es cuestión de acostumbrarse y de tener una voluntad férrea. ¡Cuidaros! Hasta siempre. Teresa