BAUL: ¡Enfadarme yo! Difícil máxime como alguien como Ud....

Que no está escrito en este foro de Baúl, si UD. o quien sea, está por tomarme el pelo, me da igual, tengo un sentido del humor muy a prueba. Si contesté a lo que había escrito fue por la amistad que nos unía con Lázaro y Constanza. Por lo demás, siga UD. con sus cabras, se evitará tener que escuchar como está el mundo, claro que entre los birrongos (Radio-Transistores) y este cacharro, lo mejor es dejarlo. Se vive muy bien en el campo, si pudiera hoy es posible que me encontrara por el pueblo. (Birrongo: Dicese de un pequeño o mediano aparato, que cierto señor paseaba todo el día por Baúl, familia los Feos, aparecieron un día, no supimos de donde e igualmente se fueron) Se presenta un día caluroso, voy a echarme un sueño, la noche tras quince días malos, nos ha dado un pequeño susto, todo paso afortunadamente. Acepte mis disculpas, soy de las que sabe pedir perdón. Conozco esa tierra de Vera, la he pasado muchas veces, al estar muy cerca de Almendricos, de la finca que fue de mí querida bisabuela, de Puerto Lumbreras era mí abuelo paterno. Lo cierto es que si tuviera que escribir tanto como me reclaman y que con gusto acepto, me faltaría tiempo, gracias por sus buenos deseos, los cuales hago extensivos a UD. Bauleños todos, abrazos de quien os estima. T

Le pido disculpas si se ha sentido ofendida o contrariada por el mensaje que puse, le ruego que me disculpe, en ningun caso queria enfadarla, solo queria transmitirle la admiracion que siento por sus mensajes, en los cuales usted dice que su gran pasion es leer y yo añadiria que su gran virtud es escribir por lo bien que escribe, y lo que transmite.
En cualquier caso le ruego me disculpe por tomarme la livertad de dirijirme a usted, y menos sin conocernos.
un saludo, Jose Maria del pino.

¡Enfadarme yo! Difícil máxime como alguien como Ud. se dirige con la sencillez que es donde reside la verdadera grandeza. Vivir en el campo es maravilloso, tanto que ningún niño/a se debería de perder ese privilegio, al menos durante un año, he tenido la fortuna de vivir mí niñez, adolescencia y parte de mí juventud en ese hermoso remanso, me enamoré, quise mucho más a las gentes, aprendí a sobrevivir, vaya que aprendí, si aquel aprendizaje, sin aquel bagaje de salud, porque el campo es salud (Era salud) se respiraba aire limpio, se comía sano, cualquier fruta, hortaliza sabía a gloria, hoy no puedo decir lo mismo, la fruta la que por kilos comía, los melocotones, sabor, juzgo salud (lo que se dice hoy delicatessen) Naranjas, kilos y kilos, nada de resfriados, ni de frío cuando nevaba, para mí la ropa de abrigo sobraba entonces y sigue sobrando hoy. Me he salido por la tangente, a la fruta he tenido que renunciar a ella, sigo tomándola, pero enlatada es la única manera de sacarle sabor, conste que no vivo para comer, sino que como para vivir, pero la realidad es la que es, me dice una muy querida amiga, que vive en Baúl, sin ser de allí, me dice que ya no es lo que era. Entonces estábamos unidos, charlábamos en los veranos en las calles, los inviernos, bien en casa de Pedro Molina, panadero, en su gran casa siempre tuvimos cabida. No teníamos electricidad, por lo tanto no os habían invadido las televisiones (Hoy si estoy sola ni se me ocurre coger el mando) Este cacharro, lo enciendo antes de dormir, más que nada para limpiarlo, y no es que este en contra de la ciencia, si de la des humanización que ha sufrido la gran mayoría de la sociedad. Por hoy ya me despido, tan solo echar un vistazo a la prensa, más que nada para ver que nos quitan en la siguiente jornada. reciba mis respetos, como soy persona de las que pedir perdón no me escuece, soy yo la que perdón le pido, todo es el resultado de mí sentido del humor, gracias al que desde que se me fue el ser al que más amo, me ha permitido, salir a flote y formar a nuestro cuatro hijos, llevar una vida casi monacal, la soledad no me asusta, porque nunca estoy sola, él no se aparta de mí ni un solo instante, y si a todo esto añado mis otras dos grandes pasiones, la lectura con la cual vivo mil y una vidas, la música la que siempre escuchábamos tan juntos, seguirá sonando, aún cuando yo ya no esté, el relevo lo tiene nuestro primer hijo. El que honra a su padre cuidando como él lo haría a su madre. ¡Bendito Jesús que nos colmo de tal felicidad que describirla, me temo que ni el gran Shakespeare podría!
Abrazos mis queridos bauleños. T