Teníamos tan solo una habitación, por
escuela, tan solo una maestra, la calefacción, la latas de sardinas, con un buen alambre, picón y brasas del
horno de Pedro, pero
amigos, aprendíamos a escribir, a saber de nuestra geografía, sin dejar de lado los cinco continentes,
ríos, afluentes, ríos del mundo,
montañas y cadenas montañosas, nacionales y mundiales,
historia, desde la Prehistoria, hasta la edad contemporánea (En la que dicen seguimos) nos situábamos por las estrellas, de día por la
sombra ... (ver texto completo)