ATARFE: Querido Paco, es para mi un orgullo haber sido compañero...

Querido Paco, es para mi un orgullo haber sido compañero y amigo de un personaje de un alto nivel intelectual como el tuyo, doctor en medicina, catedrático de la universidad de Cordoba y director del instituo Maimónides de investigación, y el de tus hermanos Pepe y Aurelito. Ya lo decía mi padre: “los hijos de D. Aurelio si que son”. Recuerdo la época de estudiantes, vosotros, en los primeros asientos, os comíais los libros, yo los odiaba y seguía el circuito de las moscas o trataba de escribir poemas para mi enamorada. Cuando los alumnos de primaria marchaban, teníamos que dar la lección con tu padre, y además de recibir alguna leche que otra, los malos estudiantes como Armando, Manolico el de la drogueria y yo entre otros, a mí me castigaba con ir el domingo por la tarde a tu casa a estudiar, menos mal que tu madre, de la que tengo muy buen recuerdo, me obsequiaba siempre con roscos.
Tenía 17 años cuando a finales de 1961 llegué a Cataluña con mi maleta de cartón piedra, fue un viaje accidentado, en el tren que llamaban el sevillano y que tardaba 24 horas en recorrer el trayecto de Granada a Barcelona, todo el dinero que llevaba era 500 pesetas que mi madre me puso en una bolsita de ropa y me las fijó con un imperdible por dentro de la camisa para que no las perdiera. Mi emancipación no fue tan fácil y fructífera como me lo planteaba.
Mi hermano Eugenio trabajaba en las oficinas de la mina de potasa de Balsareny y me consiguió trabajo en el laboratorio, donde trabajé de pinche tres meses hasta que cumplí los 18 años.
. Como llevaba pocos meses empleado, en las vacaciones tuve que trabajar, y al estar el laboratorio cerrado, me mandaron a hacer mantenimiento a la fábrica, donde me asignaron la tarea de limpieza de cloacas; este trabajo, nada agradable, me hizo recapacitar, y pensé, que si el Sr Garriga que era el gran jefe de fábrica y tenía el título de facultativo de minas, yo también podía estudiar para conseguir un cargo similar. Así lo hice y empecé a prepararme por libre para el examen de ingreso en la escuela de peritos industriales de Tarrasa. Después de aprobar el ingreso en la escuela de peritaje industrial de Tarrasa, me matriculé en la escuela de facultativos de minas de Manresa, que estaba más cerca de casa y tenía menos dificultades para desplazarme. Conseguí terminar los estudios de ingeniero técnico mineralúrgico, que junto con la ingeniería técnica de minas, eran las especialidades que se requerían para trabajar en mi empresa.
En esta época coincidió que mi empresa compro las minas de potasa de Sallent y me enviaron de jefe de fábrica. El mineral que se extraía de la mina era silvinita que son rocas formadas por partículas de cloruro sódico, cloruro potásico, cloruro magnésico y arcilla, de estas se extraía el cloruro potásico, que es la mena y el resto, ganga, se almacenaba en una escombrera. En 1977 se unen interiormente por galería las dos minas y se monta una nueva fábrica con una capacidad de tratamiento de mineral diez veces superior a la anterior, pasando de 50 a 500 toneladas/hora, de la que continué siendo el el responsable.
Cuando terminé la carrera, por el tema de la hipoteca, tuve que hacer pluriempleo durante 15 años como profesor de matemáticas y ciencias en un colegio claretiano, para mí fue una experiencia inolvidable porque me impliqué a tope; monté un laboratorio donde desarrollábamos todo tipo de experiencias de ciencias, creo que mi primera profesión debió ser la de docente, dicen que de raza le viene al galgo.
Vivo con mi mujer Ana, tengo dos hijos, Guillermo y Manuel y tres nietos, que son los que me atan a esta tierra, que es mi segunda tierra, pero que si no fuera por ellos me iría a la primera, Granada, Atarfe y su vega.
Un fuerte abrazo
Guillermo